La ciencia que explica cómo los perros perdidos encuentran el camino de vuelta a casa
Historias reales como la de Georgia May, una cachorra que recorrió 60 kilómetros hasta su hogar en California en 2015, o la de Bobbie, un collie que cruzó más de 4.500 kilómetros en 1924 para regresar a Oregón, muestran la extraordinaria capacidad de orientación de los perros. Estas proezas, aunque infrecuentes, revelan la complejidad de los instintos y habilidades sensoriales que los caninos han heredado de sus ancestros, los lobos grises.
La ciencia detrás del regreso a casa
Los perros poseen un sentido del olfato excepcional, de hasta 100.000 veces más sensible que el humano, que les permite rastrear olores a grandes distancias. Este sentido es clave para construir «mapas mentales», representaciones cognitivas de su entorno que los ayudan a reconocer puntos de referencia familiares no solo por el olfato, sino también por la vista y el oído. Estos mapas, probablemente dominados por olores específicos, les permiten orientarse y trazar rutas efectivas hacia su hogar.
Además, algunos estudios han sugerido que los perros podrían utilizar el campo magnético terrestre para navegar, una habilidad conocida como magnetorrecepción. Un experimento en la República Checa con perros de caza mostró que, además de seguir rastros de olor, algunos emplearon una estrategia denominada «carrera de la brújula». Esta consistía en orientarse brevemente en el eje norte-sur antes de iniciar el trayecto, lo que les permitió regresar a casa más rápido que aquellos que solo dependieron del olfato.
Factores que influyen en estas habilidades
Si bien estos métodos sensoriales son impresionantes, no todos los perros tienen la misma capacidad para regresar a casa desde lugares distantes. Los expertos señalan que, debido a la cría y domesticación, muchas razas modernas han perdido parte de estas habilidades instintivas. Además, la vida urbana y la cercanía constante con sus cuidadores limitan las oportunidades para que los perros desarrollen estas capacidades.
Los vínculos emocionales entre los perros y sus cuidadores también juegan un rol importante. Según Monique Udell, directora del Laboratorio de Interacción Humano-Animal de la Universidad Estatal de Oregón, los perros crían lazos similares a los de padres e hijos, lo que fomenta una fuerte motivación para reencontrarse cuando están separados. Sin embargo, la separación prolongada puede ser traumática para ellos, generándoles miedo y desorientación.
Prevención y protección
Aunque estas historias destacan la resiliencia y adaptabilidad de los perros, también subrayan la importancia de prevenir que las mascotas se pierdan. Los expertos recomiendan medidas como microchips o collares con identificación para facilitar su retorno seguro en caso de extravío.
Por tanto, mientras admiramos estas asombrosas historias de perros que logran regresar a casa contra todo pronóstico, es fundamental garantizar su seguridad para evitar que deban enfrentarse a estos riesgos en primer lugar. Las habilidades naturales de los perros son notables, pero su bienestar depende en gran medida de la responsabilidad de sus cuidadores.